Cómo empezó todo

    Todo comenzó en 1983 con la fundación del Mesón el Fontanés, ubicado a las faldas de la Sierra del Castillo en Los Santos de Maimona, en la provincia de Badajoz (Extremadura , España).

   El matrimonio fundador, Plácida Rodríguez y Manuel Pecero, emprendieron un negocio familiar en un entorno natural a las afueras del pueblo con el propósito de ganarse la vida ofreciendo en su restaurante carnes de caza a la brasa, arroces con liebre, con  perdiz, productos ibéricos... y cualquier alimento de calidad de esta tierra extremeña que encajase en el concepto de negocio ellos tenían en mente, donde el lugar elegido, el edificio construido, los productos ofrecidos y la manera de cocinar, formaran un conjunto donde todo tuviera sentido.

Un mesón campestre, auténtico, sin mayores alardes que ofrecer calidad en sus comidas.   

  El edificio, acorde a su emplazamiento, es rústico y sobrio. Al acceder a su interior podemos contemplar un holgado salón con techo de madera, presidido por una chimenea coronada con la calavera de una res (símbolo de Salsa Sarmiento). Colgados en las paredes y a modo de decoración, hallamos antiguos útiles de labranza del campo, herramientas, menaje de cocina, planchas para ropa de carbón, candiles, etc.... diversos objetos clásicos que son testimonio de la  historia de aquella Extremadura  rural, austera y rigurosa  de la gente de décadas pasadas.

Nuestra historia

El legado de una familia

salsa sarmiento
salsa sarmiento

  Las carnes de caza son tersas, con poca grasa pero llenas de sabor.

  El asador de carbón de encina del restaurante le daba un toque especial a los conejos de campo, los zorzales, el ciervo, el jabalí, etc... pero la poca grasa de estas carnes se quedaba en la parilla y como resultado final los platos eran sabrosos pero quedaban algo secos. El asado con leña de sarmientos de vid mejoraba algo las carnes pero no terminaba de convencer.​

  Fue ahí cuándo empezó la búsqueda de un aderezo que compensase y mejorase los platos con esas carnes salvajes.

  Tras muchos, muchos, muchísimos intentos y pruebas finalmente los fundadores crearon la salsa definitiva a base de hierbas naturales y especias obtenidas del entorno rural cercano.

  Aquella salsa le daba una nueva dimensión a su restaurante.

​   Acabada de nacer Salsa Sarmiento, bautizada con ese nombre en homenaje a aquella primera idea de asar con sarmientos de vid.

En búsqueda de la salsa perfecta

Un problema, una solución

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